Rastrea al vagabundo - Misión D

Tras salir de la zona afectada por la arena,  el joven Kisei se dirigió hasta la plaza mas próxima que conocía, buscó apoyo en un viejo banco de piedra lisa, uno bastante cómodo y reconfortante, significo un tremendo alivio para su maltratada espalda, la cual se encontraba en ruinas tras un día entero quitando arena con una pala de hierro, al igual que sus manos, las cuales demostraban varios cortes y cayos, utilizó una serie de vendas que traía entre su equipo ninja para mantener cubiertas sus heridas, utilizaba la luz de la luna y la que se filtraba como pidiendo permiso desde el interior de las casas a su alrededor . Una vez que tuvo sus manos atendidas, busco dentro de sus cosas el siguiente pergamino de misión, este se encontraba dentro de un tuvo de madera y tela, destapo el cilindro y tomo el papel para luego leerlo tranquilamente a la luz de la noche . Al comprender su nuevo trabajo entendió lo problemático del mismo, debía rastrear por toda la aldea a puras oscuras, un animal seguramente agresivo y nervioso, asustado, hambriento y perdido .  Por un lado el joven Lyell, no tenía pensado lastimar al perro, pero tampoco podía darse el lujo de que escapara sin mas, pues si lo encontraba alguien mas que no fuera él, el pobre canino sería sacrificado sin segundas opciones, aquello era algo que no entraba en la mente del gennin, pues como alguien podía matar una vida tan inocente como la de un perro, sea cual sea el motivo, es algo que incompresible para sus interiores .

Pensando en posibles soluciones para su problemática tarea, se le ocurrió ir a comprar algo de alimento para el animal, con ello formar algunas  trampas en distintos lugares y confiar en que alguna logre atrapar a la llamada " bestia ", pero eso si, debía apresurarse a terminar su tarea esa misma noche, pues el miedo de la gente, la cual no se paraba a pensar en un cachorro asustado ni por un segundo, pronto haría crecer las ansias por acabar con el supuesto acechador vagabundo . Haciéndose con algunas cuerdas, el joven Kisei improviso en algunos callejones oscuros y recobejos factibles para refugios unas precarias trampas, ato algunos contrapesos y realizo algunos lazos alrededor de un montonsito de alimento, entonces si alguien o algo tocara el perímetro del lazo esta se activaría inmediatamente apresando alguna extremidad del individuo, claro, si el peso era el ideal, el apresado sería elevado por los aires imposibilitando su escape, en cambio, si se tratara de alguien mas pesado, tan solo se limitaría a aferrar la extremidad y evitar un escapo inmediato . Los fondos para la operación estaban bastante limitados, pues contaban como un gasto personal para Lyell, no había presupuesto alguno por parte de la aldea, así que tampoco pudo darse el lujo de extender su zona de trabajo por mucho trecho, confiar en lo hecho era lo único que le quedaba . Una vez que tuvo todo echo, alcanzo el techo de un edificio cercano, en el cual tenía al alcance de la vista cada una de sus trampas, allí se mantuvo expectante a la aparición de su objetivo, debido a que era de noche, prácticamente no transitaba nadie por las calles de la villa, tan solo algunas personas de vez en cuando, así que si el perro se aparecía por alguna de las calles de los alrededores no sería difícil verlo .

Allí estuvo por horas, la noche avanzaba, el viento cada vez soplaba mas fuerte arremolinando sus rubios cabellos y alborotando sus negros ropajes, era en esos momento cuando Lyell agradecía la naturaleza calurosa de su ropa, pues por las noches, la temperatura del desierto y por lo tanto la de la misma aldea, bajaba a temperaturas considerablemente bajas e insoportables, el mismo viento molestaba la vista del gennin, obligaba a este a entrecerrar sus ojos buscando refugio en sus parpados, fue por esa razón que decidió bajar de aquella posición elevada en la cual se encontraba, descendió por una escalera hasta la parte trasera del establecimiento, bajando directamente en un oscuro callejón, allí mismo se encontraban varios cestos de basura, de seguro provenían de los negocios cercanos, así se disponía a buscar una nueva posición donde vigilar, cuando de pronto un ruido a sus espaldas hizo que se detuviera en seco, procurando no hacer ruido para no llamar la atención, dio media vuelta e intento buscar con su mirada el origen de aquel sonido, pronto comprendió que se trataba de algo que movía los cestos, incluso volcó uno, haciendo que la basura del mismo cayera desparramada por el suelo, alcanzando algunos desechos hasta los pies de Lyell, debido a la bruma y la oscuridad del callejón, le era imposible asegurar que era lo que había provocado aquello, pero estaba claro en su interior, que muy seguramente se tratara del perro vagabundo, sin dudas aquella era su oportunidad, aguardo unos momentos sin mover un músculo, hasta que por fin, aquel hocico repleto de pelo negro, asomo por entre los cestos de basura, poco a poco el rostro del animal salió a la luz, Lyell pudo ver sus ojos negros y sus colmillos caninos, en los dorsales del cuerpo del mismo, uno podía ver las costillas del animal pegadas a la piel, sus grandes patas y su incansable olfato en busca de comida, era sin dudas un animal con apariencia grotesca, pero a su vez, resultaba misteriosamente interesante . No paso mucho para que el animal notara la presencia de Lyell, elevo su mirada hasta crusarla con la del gennin, gruñendo ante la imposibilidad de escape, pues el shinobi bloqueaba la única salida del callejón, el Kisei por su parte, intento llevar su mano derecha hasta la parte trasera de su cintura, donde tenía amarrado un lazo con el cual intentaría atrapar al cánido - Vamos cachorro, no quiero lastimarte, coopera un poco conmigo y ambos nos iremos a casa tranquilos - Al pronunciar aquellas palabras, el perro se lanzo a la carrera contra el gennin, si bien este se encontraba flaco y maltratado, era considerablemente mucho mas grande que un perro normal, por lo cual su presencia era imponente y mucho mas cuando se encontraba corriendo de frente contra uno, Lyell, sin perder la compostura, tomo pronto su lazo y lo coloco por sobre el cuello del cachorro cuando este intento saltar para hacerlo a un lado y escapar, al hacer esto, el joven perdió el equilibrio pues tuvo que acceder al avance y caer al suelo, inmediatamente la cuerda que tenía en las manos salio disparada tras el arrastre imparable del animal, lo dudo un segundo y para cuando se decidió a perseguir al perro, este ya se había alejado mas de la cuenta por lo que se vio obligado a utilizar su chakra para poder correr y saltar por encima de los edificios y así avanzar hasta el encuentro con el perro . Tras varios intentos frustrados por agarrar al animal, Lyell comenzó a idear un plan para llevarlo hasta una de sus trampas, comenzó a correrlo cerrandole el paso de escape mediante clones, el perro se encontraba completamente asustado y agitado, aquello no era el objetivo del gennin pero era lo que debía hacer para agarrarlo .

En cierto momento vio la oportunidad, al final de la calle, dando vuelta a la esquina por la cual corría, él sabia que allí había preparado una de sus trampas, por lo cual envió un clon hacía la otra calle, para que el cánido no intentara huír para ese lado, y si se guiara directamente hacía la trampa y así lo hizo . Al llegar la mañana, su trabajo había sido satisfactorio, el perro había sido llevado con su dueño, y por lo tanto, salvado de ser sacrificado, ahora con ambas misiones acabadas, el joven Kisei se dirigía al despacho del kazekage a recibir su paga .