Escoltando al idiota ese... [Misión junto a Lyell]

Recién acabamos de llegar de aquella misión, observaba a los aldeanos con mucho afán entrar a la aldea con aquella carroza llena de suministros. Mantenía mis manos metidas en mis bolsillos, mientras comenzaba a alejarme. Más la voz de aquel chico me atrajo de nuevo, pues me voltee y lo mire. Este quería hacer otra misión junto a mi, ¿por que?. Si yo tan solo quería alejarme de él, pero como que los dioses escucharon su llamado. Pues se acerco uno de los jonnin hacía nosotros, y con un tono tan sereno nos hablo. - Ustedes dos, Lyell y Rammsteiner. Como están desocupados y entendemos que acaban de legar de una misión. Quisiéramos encomendar-les ir hacia el Templo Sabaku No, allí deberán esperar al arquitecto que es escoltado hasta allí, y ustedes deberan traerlo hasta acá sano y salvo. - Fue la única información que nos dio, aquel templo era muy poco visitado, por lo que nos daríamos cuenta rápido de nuestro objetivo. Yo simplemente me encogí de hombros y comencé a dirigirme hacía el templo con mucha rapidez, corría. Ya que si caminaba podríamos llegar tarde y tal vez secuestrarían a aquel arquitecto.

- Eres muy fastidioso, ¿entiendes?. - Fue lo que dije, mirándole de reojo. La capucha se me había hecho hacía atrás por el viento, pues nos movíamos rápido por la arena así que no tardaríamos demasiado en llegar.  En ese momento mi  cabello era de un color blanquecino, llegando a relucir un poco por el sol. Un completo albino en un desierto paradisíaco, ¿gran combinación? pues no, era obstinante. Aunque a su vez agradable, pues todo era muy solitario por allí, me gustaba estar solo. Aunque a su vez estar rodeado de gente que molestar era fascinante. La arena estaba caliente sin duda, pues los zapatos ninjas eran cómodos pero en aquel  terreno solo a un loco como yo usaba tal zapatos. A la lejanía, cubierta de rocas, y estructuras hechas completamente de arena, yacía el templo. Estábamos como a dos kilómetros, así que se veía un poco borrosa a su vez por efecto del sol mismo. Pronto ya estaríamos allí y Steiner no había mencionado ni una palabra hasta entonces. Giraba mi rostro a mi alrededor, a kilómetros al rededor no se veía ni un ser con vida, por lo que podía suponer que estaríamos allí un buen rato esperando o quizás ya el arquitecto había llegado. No podíamos saberlo hasta llegar, giraba hacía atrás de vez en cuando y observaba a mi supuesto compañero, parecía ser más alto que yo. Y su complexión física no parecía ser adolescente o eso creía. ¿Que edad tendría con exactitud?, no podía definir-lo. Ya que puede que usase algún medicamento para la formación de sus músculos y demás. Sin interesarme demasiado, mantenía mi vista hacía en frente, poco a poco nos acercábamos, a tan solo 1 kilómetro de distancia ahora... Ya se podía definir con mayor exactitud aquel inmenso templo en medio de la nada. Más cuando llegamos me detuve justo en la entrada. En realidad era inmenso aquel templo, muy bien decorado con algunas rocas de colores relucientes y estructuras hechas de madera y arena. Era en cierta forma hermoso, aunque no quería entrar aún. Miraba a mi alrededor, en busca de detalles que me hiciesen dudar, algo pintaba mal...

La mercancía ya estaba a salvo, y a pesar de las palabras de Lyell, su compañero no respondió de ninguna forma, tan solo se limito a darse la vuelta y mirar al Kisei, justo cuando parecía que comenzaba a fastidiarse, un jounnin se acerco a ambos y les llamo la atención mediante la mención de sus nombres, dijo algunas palabras sobre el estado actual de ambos gennins y luego sin dar tiempo a respuesta alguna les encomendó una nueva misión, tal como lo había propuesto el mismo hacía unos minutos . Ahora los enviaban a ambos muchachos en busca de un arquitecto, el trabajo en si era recogerlo en el templo Sabaku no, y escoltarlo a salvo hasta la aldea, apenas el jounnin acabo de hablar Rammsteiner comenzó a correr en dirección al lugar, al momento, Lyell se lanzo a la carrera y lo siguió al mismo ritmo, al parecer el muchacho llevaba prisa, y aquello era bastante sensato teniendo en cuenta las instrucciones del shinobi, pues menciono que el viejo era algo despistado y solía perderse por el desierto, o podrían pasarle cosas peores .

Avanzaban rápido a través del desierto, dejaron atrás las grandes puertas de Sunagakure, la arena debajo de sus pies se hundía dificultando el avance debido a la perdida inevitable del equilibrio, tan solo podían continuar por su costumbre a la adversidad del país del viento, pues desde pequeños corrían por aquellos parajes, el viento había devuelto la capucha de Ramms y había dejado al descubierto su identidad, a la vez que este mismo mencionaba algunas palabras en contra de Lyell ...  - Yo fastidioso? si tan solo eh intentado ser bueno con él - ... Sin mencionar palabra alguna por un buen rato, el rubio tan solo se limito a continuar con su carrera pues el templo estaba al alcance de la vista, no tardaron mucho en llegar, pero al hacerlo, el Kisei no pudo evitar destrabar su parla, pues comenzaba a fastidarle la forma en que aquel extraño chico lo observa ...  - Mira, tu y yo, somos bastante distintos, y eso se nota sin necesidad de hablar, pero ahora mismo ... somos compañeros, y agradecería que dejes de mirarme así -  De pronto algo detuvo la continuación de las palabras del rubio, un ruido proveniente del interior del templo alerto a ambos gennins de la arena, algo se acercaba desde la oscuridad, algo se movía detrás de las puertas, como si algo se moviera freneticamente contra el suelo, poco a poco aquello se acercaba, y el sonido era cada vez mas claro, en cierto momento, las puertas que eran de madera se abrieron sorpresivamente, allí, enfrente de Lyell y Rammsteiner, a tan solo un par de metros, aparecieron tres personas, y una de ellas, un señor ya entrado en edad, llevaba una mordaza en su boca y una cuerda sujetando sus manos, por su parte los otros dos cargaban con cuchillos rudimentarios en sus manos y los agitaban amenazantes en contra del par de shinobis .

- Ustedes, si ustedes dos, han venido por el arquitecto cierto? ahora es nuestro rehen - Decía uno de los problemáticos mientras rascaba su propio cuello con una de sus manos y agitaba el arma cortante con la otra, se lo notaba claramente que estaba bastante nervioso y ansioso, posiblemente incentivado por alguna hierva ...  - No sean estúpidos y dejen ir al viejo, las circunstancias están en su contra, tan solo no lo hagan peor - ... - En nuestra contra dices? por lo que veo el rehén aun esta en nuestras manos, vamos propongan algún beneficio o lo deguello aquí mismo -

Las siguientes acciones no incumbían tan solo al criterio del Kisei, lo que pasaría a continuación debía ser una decisión de ambos shinobis, por lo tanto Lyell busco con su mirada la complicidad de su compañero .

Justo como más temía, las puertas se abrieron en frente nuestro y tres personas salieron tras las sombras que yacían dentro de aquel templo. Y uno de estos era como rehén aquel arquitecto el cual veníamos a buscar. Parecía muy asustado, y el cuchillo que nos amenazaba con matar al arquitecto tambaleaba un poco. Mire al otro, el otro bandido parecía mejor. ¿Aunque?... ¿Solo serían ellos dos?. No sabía con exactitud. Más con el paso de los segundos mis poros se abrían a plenitud, mientras una gran concentración de energía se acumulaba en mi. Todo esto se volvía cada vez más divertido... La esclerótica de mi ojo se volvió negra a totalidad, dejando visible mi pupila roja, mi piel o lo que se podía admirar de ella empezaba a tomar un tono oscuro... El más cuerdo de los bandidos fue inteligente, mando al arquitecto junto a su compañero haca dentro. Mientras cinco bandidos más salían con diferentes tipos de armas. ¿Secuaces?, eso parecía. Aunque igual los aniquilaría jajajaja.

Mire hacía mi lado, pues la mirada de mi compañero me molestaba. Aunque, algo era visible en mi rostro... Y que aquella combinación de mi Senninka con mi apariencia... No hacían pintar nada bueno. Luego mire hacía el frente, ya tenía mis objetivos, los tres de la derecha sin duda me encargaría de ellos. Mientras los otros se los dejaba a Lyell. La camisa de mi brazo derecho empezaba a ajustarse, a tal grado de romperse, pues mi piel se deformaba y crecía. Formando una gran hacha que cubría la zona desde mi muñeca hasta mi codo. - Ja ja ja ja... Esto será divertido. - Murmuraba para mí más que todo, los seis venían a aniquilarnos avalanzandose hacía nosotros. Corrí hacía delante con toda mis fuerzas. Sin duda mi velocidad era muy impresionante. Seguirme con la mirada sería difícil para algunos, pues solo veían una sombra borrosa moverse hacía ellos. Cuando lance el primer ataque, solo tenía tiempo aquel de poner su espada para defenderse. Sin duda bloqueo mi ataque, pues la fuerza inquirida en aquel ataque, no fue lo suficiente para atravesar su bloqueo. Los otros dos venían sin duda a atacarme, así que me impulse para de un salto rodear a aquel oponente y posarme detrás de él. Aunque los otros dos no pudieron detenerse por la cercanía... Sus armas desataron su furia contra su propio aliado, heridas graves que no lo dejarían vivir.

Mi mirada era temblorosa, no por miedo... Si no emoción. No podía controlarme. Así que me abalance contra ellos para atacarles, chocando armas contra uno. Mientras en mi otro brazo se formaba un cañón, recargándose con chakra. Preparaba una gran sorpresa. Le di una patada al otro que venía a atacarme, de forma que quedo tambaleándose. Más cuando este dirigió su mirada hacía mi. Mi brazo apuntaba hacía él. Y de pronto una bola de chakra salio disparada directo hacía su pecho. Y sin poder esquivarlo, aquella impacto en su pecho, destrozando mayor parte. Yo en aquel caso reía como todo un desgraciado psicópata. El otro sujeto empezaba a retroceder. Sin duda sabía que no ganaría... Y eso era lo divertido. Más el error de aquel fue darme la espalda. Se preocupo por salir y no en defenderse... Y como toda acción, tiene una reacción. Y fue que mi hacha termino atravesando su columna. Puse mi pie en su espalda y termine sacándola, de forma que este cayo al suelo moribundo. Mire a mi compañero... ¿Habría terminado?. - Ya me aburrí. Apúrate y ve por el arquitecto. - Para divertirme un poco, posaba mi pie en la espalda de aquel, presionando con fuerza mientras que este lloriqueaba de dolor.

Lyell mantenía su mirada sobre su nuevo compañero, quedaba estupefacto ante tal espectáculo, podía apreciar la transformación que comenzaba a adueñarse del cuerpo del muchacho, sus ojos se volvían completamente negros, su piel tomaba un color oscuro, y sin dudas su personalidad comenzaba  a tornar un rumbo que podría volverse incontrolable, pronto sobre su brazo creció una protuberancia que luego se plasmo como un arma, aquello abría sido tomado como una amenaza pues al momento los seis bandidos se avalanzaron sobre los gennins en un claro ataque, rápidos fueron los movimientos de Rammsteiner el cual se aproximo y comenzó a repartir golpes contra tres de ellos, los tres restantes correrían por cuenta del rubio el cual lejos de retroceder elevo con prontitud sus manos las cuales fueron acompañadas por una hilera de kunais unidas por un flujo de chakra, estos fueron apuntados hacía los tres bandidos y lanzados tras desatar un intenso torrente de chakra por los mismos, fue un movimiento simple y preciso el cual no dio oportunidad a un bloqueo o alguna evasión, acabo con la vida de los revoltosos tras atravesar en limpio el cuello del trío, luego volvió su mirada a su compañero el cual se encontraba dando rienda suelta al salvajismo y a una demostración de sus dotes de guerra, cuando acabo el enfrentamiento, Rammsteiner dirigió unas palabras a Lyell, las cuales demostraron la confusión del mismo al creer que había acabado primero con los enemigos .

- Tu aburrido? que eh de decir yo que aun te sigo esperando - Ese era el estilo del rubio, sencillo y sin llamar la atención cumplía su labor con precisión y sigilo, para no afectar mas a su compañero tan solo se limito a tomar sus kunais de los cuerpos y luego ir a por el arquitecto el cual se encontraba amordazado y atado de pies y manos, tras liberar sus ataduras aquel comenzó a agradecerles a ambos entre tartamudeos y un claro nerviosismo, tan solo unos minutos después cuando el viejo se había calmado retornaron nuevamente a la aldea, cruzaron el desierto sin mayor problema que la incontenible bocaza del arquitecto el cual aun se encontraba en claros apuros con sus miedos interiores, pero al llegar a Sunagakure, el viejo paso a ser problema de otros y por su parte, tanto Lyell como Rammsteiner pudieron ir a entregar el reporte de sus misiones y retornar cada uno a sus asuntos .