Niño perdido (Misión D)

Cuando desperté esta mañana me alarmo ver al Mizukage en mi cuarto, haber ya se que vivo con el y que es mi tutor por decirlo de alguna forma, pero que demonios hace metido en mi cuarto y mirandome mientra duermo!. La verdad es que resulta de lo mas siniestro pensar en cuanto tiempo a estado allí mirando mientras yo dormía, negando suavemente con la cabeza le mire y pregunte que era exactamente lo que estaba haciendo aquí y que quería de mi en estos momentos. Al parecer quería encomendarme una misión, debía ir al cementerio de nuestra aldea a buscar a un niño perdido, ahora mi pregunta era sencilla, ¿que narices hacía uno de nuestros niños solo en un cementerio?, a lo que el Mizukage muy gustoso respondió diciendo que la madre le había llevado a visitar la aldea y que allí había perdido al pequeño, le dijo que lo mas seguro es que el pequeño estuviera en el cementerio de la aldea  por que tenía mucha curiosidad por ver la piedra de los caídos en combate. Según su madre es un niño muy curioso al que le gusta investigar y  suele perderse con frecuencia aunque el sabe volver a casa siempre y cuando este dentro de su aldea. Ahora viene el problema gordo, el niño jamas había estado en esa zona de la aldea, el niño esta en una zona totalmente desconocida y eso me suponía un problema aun mayor, no solamente por tener que buscarle por toda  una aldea si no que seguramente no sería bien recibida en dicho lugar. No entendía por que aquí mi querido tutor se empeñaba en ponerme las cosas difíciles, suspirando con tranquilidad me levante de la cama y como cada mañana desayune y me vestí lo mas rápido posible para poder llevar acabo mi misión de hoy.  

Mi ropa en esta ocasión consistía en lo básico, unos shorts negros una camisa negra con el símbolo Uchiha en la espalda y unas botas con algo de tacón que llegaban por debajo de las rodillas, sin embargo había una cosa mas, sobre todo aquello llevaba una especie de capa bastante discreta para no llamar la atención y que tenía una capucha que me permitiría tapar mi rostro por si alguno de los ninjas de otras aldeas querían atacar o  lograba divisar mi sombra mientras me movía por las  calles mas alejadas de la ciudad en busca de aquel pequeño chico que por curioso acabo totalmente perdido en una zona de la aldea desconocida para el.  Suspire algo molesta pues seguramente aquel niño estaría asustado, lloriqueando y escondido en algún rincon oscuro que también le diera un miedo terrible, estaba preocupada por que era un niño pequeño perdido en un lugar desconocido y que seguramente estaría vigilado no solamente por nuestros guardias si no también por otros que no son demasiado amigables, después de todo el cementerio podía albergar mas de lo que todos nosotros podemos pensar o aceptar. Antes que mi tutor siguiera dándome la lata salte por la ventana una vez que ya estuve lista y comencé mi busqueda de aquel pequeño primero por las calles que había recorrido con su madre y después me dirigí al cementerio al no encontrar rastro del pequeño.

Una vez que llegue al cementerio me dedique a buscar al pequeño entre las lapidas, la verdad es que el cementerio no era el lugar mas indicado para perderse, era bastante siniestro y agotador. Me encontraba alerta a cualquier movimiento sospechoso o a cualquier sollozo que pudiera estar emitiendo aquel pequeño al estar asustado debido al lugar en el que se encontraba, debía darme prisa en buscarle, seguramente estaría asustado y hambriento pues llevaba varias horas ya perdido por completo. Llegué a la piedra de los caídos pero allí no estaba aquel pequeño, sin embargo pude ver algunas pisadas que demostraban que había estado allí recientemente llorando, el lugar que se encontraba delante de las pisadas estaba algo humedo, seguramente se debía a las lagrimas de aquel pequeño. Sentía una necesidad casi sobre humana de encontrarlo y darle un buen abrazo para tranquilizar su temor, sin embargo no conseguía encontrarlo. Estaba comenzando a preocuparme cuando de repente escuche algo que llamo mi atención, en unos arbustos cercanos se podía escuchar el tenue lloriqueo de un niño no mayor de seis años aproximadamente. Me acerque a dicho lugar y pude ver al pequeño, decidí quitarme la capucha y sonreír con dulzura para que viniera conmigo y así podría llevarle con su madre.

Tras sonreír al pequeño niño y explicarle que era una ninja que venía a buscarle para poder llevarle con su madre logre que confiara en mi, le cogí en brazos y mientras el se sujetaba a mi sollozando levemente contra mi ropa, yo me quite la capa y la coloque sobre su cuerpo, estaba asustado y algo congelado debido al frío de la mañana, se le notaba hambriendo así que le di una piruleta para engañar al hambre antes de llegar por fin con su madre. Recorrí las calles lo mas rápido que pude hasta encontrar la casa de aquella mujer, cuando el niño vio a su madre salto de mis brazos y la abrazo sollozante pidiendo disculpas por haberse separado de ella y prometiendo que nunca mas lo iba a volver hacer. La verdad es que este tipo de misiones siempre lograban sacarme una sonrisa, la sonrisa de la madre por recuperar a su hijo y la felicidad del pequeño al estar de nuevo junto a su madre era la recompensa mas bonita que podrían darme nunca.